¿Son tan peligrosos los edulcorantes?

Este es un tema controvertido y estoy seguro que lo que se espera que escriba en estas líneas es que son malísimos, que provocan cáncer, que destrozan la microbiota, entre otras muchas cosas, pero la realidad es que en nutrición, como en muchas otras cosas, el miedo vende.

Lo que nos dice la ciencia es que no hay pruebas certeras para demonizar a los edulcorantes y prohibirlos, ni tampoco para consumirlos desmesuradamente.

Relación con enfermedades

En cuanto a la relación con el cáncer, los estudios que hay, son realizados en ratas y dándoles cantidades desorbitadas. Por ejemplo, la asociación entre el aspartamo y el cáncer cerebral, la cantidad que se le dio a los ratones de este edulcorante, sería el equivalente de consumir 8400 latas de refrescos light al día. Por lo que, nos podemos hacer una idea de lo desorbitado del asunto.

En cuanto a la microbiota, la mayoría de casos son estudios con poca gente y lo principal, es que no se analizan controlando la dieta, por lo que si se le administran edulcorantes, pero no saben que están comiendo durante el día, la microbiota puede modificarse por infinidad de variables como estrés, sueño o deporte.

Consejos

Mi opinión es que yo desaconsejo su uso, pero porque trastoca nuestro umbral del sabor y hace que luego entre otras cosas, consumas una fruta no te parezca dulce y esto  es un problema, principalmente en la población infantil, donde se les dan a los niños  “alimentos” cargados de azúcar y edulcorantes y luego, nos quejamos porque no les gusten las verduras o las frutas, los niños son niños, pero no tontos, y si les das cosas hiperpalatables durante el día, cuando le des un aguacate, te van a decir que prefieren las galletas de chocolate.

Por lo que tenemos que acostumbrarnos a consumir comida de verdad y sin adulterar, disfrutando de los sabores reales de los alimentos y si algún día quieres tomar algo de edulcorante no va a pasar nada.

El miedo vende y la ciencia no‼️ Disfrutemos de la comida y tomar alimentos de verdad, en vez de las cosas comestibles que nos venden, que eso, sí que da miedo.